Desde la Convención del Partido Conservador del año 1932, en que se defendía el capitalismo liberal duramente criticado por los Papas, ya se presentan serias y profundas discrepancias al interior de dicho partido. Muy pronto, estas diferencias serán especialmente significativas desde el punto de vista generacional, esto es, entre la conducción adulta y un grupo importante de la juventud. Estos jóvenes, en su mayoría, reciben una importante influencia de la Asociación Nacional de Estudiantes Católicos (ANEC), que es dirigida desde 1928 por el Presbítero Oscar Larson, a la vez que muchos también participan en los círculos de estudio del padre Fernando Vives. Su principal inspiración es el pensamiento social de la Iglesia Católica. Son los años de polémica acerca de la militancia y obligaciones de los católicos en relación al Partido Conservador, cuestión que se salda definitivamente en 1934 al darse a conocer la carta del entonces Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pacelli (futuro Papa Pío XII), dirigida al Episcopado chileno. En esta carta se establece que los católicos tienen libertad para militar en cualquier partido que no contradiga sus principios y no violente sus conciencias.
No obstante, en ese momento, los jóvenes Bernardo Leighton, Ignacio Palma, Manuel Garretón, Eduardo Frei, Radomiro Tomic y Rafael Agustín Gumucio, postulan luchar al interior del Partido para lograr su rectificación y real preocupación por la cuestión social, razón por la cual ingresan a él.
Este deseo, poco a poco se va esfumando. Así, en el año 1935 se establece el llamado Movimiento Nacional de la Juventud Conservadora que preside Bernardo Leighton G., lo que constituye la primera expresión evidente del nuevo movimiento que germina. Se trata de los nuevos horizontes que comienzan a guiar a este grupo de jóvenes, mayoritariamente de estratos sociales medios, que se sienten plenamente identificados con las Encíclicas Sociales, que buscan superar constructivamente la cuestión social y la pobreza y que se plantean alternativamente ante el país, calificando la crisis nacional no sólo desde el punto de vista socio-político, sino también espiritual y moral. Como ilustración de la motivación y opción de estos jóvenes, cabe recordar que en 1934, en el primer número del periódico Lircay, al cual la mayoría de ellos estaban ligados, se sostiene que el anhelo básico de los estudiantes de avanzada es el de ser "descaradamente católicos".
El año 1937 se forma la Falange Nacional como un organismo de propaganda ligado y a la vez paralelo al Movimiento Nacional de la Juventud Conservadora. Los militantes de este nuevo organismo son liberados de la obligación de militar en el Partido Conservador.
Los dos primeros grandes hitos de la Falange Nacional son el nombramiento de Bernardo Leighton como Ministro del Trabajo en el segundo gobierno de Arturo Alessandri en 1937 y, el mismo año, la elección de diputado de Manuel Garretón W., uno de los líderes falangistas. El año 1938 renuncia Bernardo Leighton al Ministerio por su discrepancia frente a la incautación de un número de la revista de humor político "Topaze", que le molesta al Presidente Alessandri, quien ordena la medida.
La ruptura definitiva entre el Partido Conservador y la Falange Nacional se produce como resultado de la campaña presidencial de 1938, en la que la nueva organización política no apoya al candidato derechista Gustavo Ross y declara libertad de acción. En las elecciones triunfa el abanderado del Frente de Acción Popular (FRAP), Pedro Aguirre Cerda, y la directiva máxima del Partido Conservador culpa a los jóvenes de la derrota de Ross y declara en "reorganización" el movimiento juvenil conservador y falangista. Esto es rechazado por los jóvenes, los que rompen formal y definitivamente con el Partido, declarándose como organización política independiente. Nace la Falange Nacional, cuyo primer presidente es Manuel Garretón W. (1938).Con posterioridad se produce una serie de acontecimientos que van forjando y enriqueciendo el desarrollo político de esta nueva generación de jóvenes socialcristianos. En efecto, en enero de 1946, el Presidente Juan Antonio Ríos, que había sido apoyado en su campaña por la Falange Nacional, nombra a Eduardo Frei como Ministro de Obras Públicas (renuncia a los pocos meses, con motivo de los incidentes de la Plaza Bulnes entre Carabineros y manifestantes que costó la vida, entre otros, a una joven llamada Ramona Parra); en mayo de 1948 la Falange se opone en el Congreso a la Ley de Defensa de la Democracia (buscaba declarar fuera de la ley al partido Comunista) propuesta por el Presidente Gabriel González Videla; en 1949 Frei es elegido senador por Atacama y Coquimbo; en 1950, casi al concluir el gobierno de González Videla, éste nombra un gabinete con mayor popularidad y orientación social al cual se incorporan Bernardo Leighton como Ministro de Educación e Ignacio Palma como Ministro de Tierras. En general, hasta mediados de la década del '50, la Falange es un grupo político de excepcional mística y gran entrega, pero con aún pocos resultados electorales importantes.
En 1953 se forma la Federación Social Cristiana, la que incluye a los falangistas y al Partido Conservador (socialcristiano), nuevo contingente escindido del viejo conservantismo en 1949, que permaneció aglutinado en el Partido Conservador Tradicionalista. Esta Federación gana, en 1955, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), por primera vez.
En marzo de 1957, para las elecciones parlamentarias, la Falange obtiene un avance significativo en su apoyo electoral, al ser elegido Eduardo Frei como senador por Santiago con la primera mayoría nacional y al elegir 14 diputados.
Los contactos y la colaboración entre el partido Conservador Social Cristiano y la Falange Nacional, culminan el 28 de Julio de 1957 en solemne encuentro en el Salón de Honor del Congreso Nacional, junto con lograr acuerdos acerca de los principios e ideologías, se funda oficialmente el Partido Demócrata Cristiano chileno. Se integran también el Partido Nacional Cristiano y un grupo proveniente del agrario laborismo.A partir de esta fecha y en medio de un acuerdo generalizado entre los distintos sectores acerca de la necesidad y urgencia de realizar cambios sociales, la D.C. chilena va progresivamente convirtiéndose en la principal fuerza política del país.